Villaviciosa de Odón pierde a su “Ciprés de Monterrey de Prado Redondo” catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid.
El Ciprés de Monterrey de Prado Redondo, catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid, ha dejado de formar parte de los 5 árboles singulares de Villaviciosa de Odón.
Problablemente, los fuertes vientos de este invierno y un estado de salud no muy bueno, hayan acabado con la vida de este apreciado ejemplar.
Con una altura de 24 metros, este ejemplar presentaba el porte característico de la especie, con corteza fuertemente agrietada en fisuras longitudinales. Tiene un diámetro de copa de 14 metros y un perímetro en su tronco de 2,95 metros. Se le había calculado una edad de 120 años. – 140 años
El ejemplar se encontraba situado en el enclave conocido como “El Forestal”, muy próximo a los otros 2 ejemplares catalogados como singulares Cedro de Himalaya de Prado Redondo, Iy II.
Hay que señalar que Villaviciosa de Odón se encuentra enclavada en la cuenca del río Guadarrama, que cruza de norte sur el término municipal, afectada por los arroyos de la Vega y de la Madre, propiciando así los amplios espacios naturales y abundantes zonas verdes en toda la zona.
Precisamente el arroyo de la Madre es el que cruza de lado a lado el Forestal, situado al norte del Castillo, como hemos visto, produciendo una hondonada natural muy sombreada. Esto facilita el crecimiento de toda clase de especies botánicas
Precisamente el arroyo de la Madre es el que cruza de lado a lado el Forestal, situado al norte del Castillo, como hemos visto, produciendo una hondonada natural muy sombreada. Esto facilita el crecimiento de toda clase de especies botánicas.
De estas posibilidades se dieron cuenta ya desde finales del siglo XVII; unos años más tarde, en 1739, fue declarado Bosque Real por el rey Felipe V:
“He venido en declarar que el nuevo Bosque de la villa de Odón o Villaviciosa, que es propio del Infante don Felipe mi hijo y sus límites, con sus aumentos o extensiones que en adelante tuviere, son y han de ser Bosque Real, con todos sus privilegios y libertades” (Decreto Real de 1739) Felipe V
Su enorme diversidad de especies, por encima de las 350, muchas de ellas protegidas, entre árboles y arbustos, hace que se pueda considerar uno de los bosques más singulares y originales de la Península Ibérica, con una antigüedad en muchas de sus plantaciones que superan el siglo y medio de existencia y su adaptación a estas latitudes; aquí conviven árboles propios del norte peninsular como el tilo o el avellano con especies típicas del sur como el alcornoque y otras traídas de China, como el Ginkgo biloba
Otras especies no catalogadas: 2 CHOPOS NEGROS, con una altura de 20 m. y un perímetro de más de 4 m.; 1 ROBLE ALBAR de altura 20 m. y perímetro de 1 m.; 1 ROBLE CARBALLO de altura 20 m. y perímetro de 1 m. y 1 ARCE de altura 25 m. y perímetro de 1 m.
Pero, además de estos gigantes, se dan muchas más variedades, ya que es un bosque caducifolio con magníficos ejemplares de robles, avellanos, plátanos, arces, olmos, chopos, fresnos, castaños, pinos laricios, saúcos, encinas, alcornoques, cipreses, almendros, pinos piñoneros y pinos carrascos.
Con esta perdida ya solo quedan tres árboles en dicho termino municipal.
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